Siempre habrá un momento en el que querrás tirar la toalla. Rendirte, resignarte a seguir caminando en esta vida, dejarlo todo sin terminar...
Siempre habrá un día en el que te levantes con el pie izquierdo y no veas motivo alguno para dedicarle una sonrisa al mundo. Días en los que se te junta todo y en los que te sientas un imán de los problemas.
Siempre habrá un momento en la vida que lo definas como el peor, días en los que tan sólo desees desaparecer del mapa, estar sólo y dedicarlos a entenderte a tí mismo, a llorar y a decidirte.
A pesar de todo, cuando esos días amargos, tristes y oscuros invadan tu vida... Ignóralos.
Aún así tienes que seguir adelante. Tienes que sacar la fuerza y la valentía de donde crees que no las hay.
Tienes que refrescar la mente, y pensar en algo con lo que tus labios puedan formar una curva.... en todos los momentos en los que hasta ahora has sonreído.
En todo lo que has hecho hasta ahora y lo que desperdiciarías dedicando un día a no tener ganas de nada.
Tienes que pensar en lo que te arrepentirás en un futuro, al no haber aprovechado aquellas veces en las que podías haber sonreido.
Tienes que pensar en lo que vale la vida, y lo importante que es pensar en positivo.
Lucha. Ante todo, nunca te rindas y continúa. Porque aunque ahora creas que no... te aseguro que en un futuro valdrá la pena. Al fin y al cabo, piensa que la mejor arma que puedes utilizar frente un día gris es una carcajada.
¿Te cuento un secreto? No te desesperes, pues siempre hay una reserva de esperanza en alguna parte de tí... tan sólo tienes que relajarte y pararte a buscarla.
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