No sabes por qué, pero cuando peor te trataron, mayor era tu dosis de felicidad en sangre. O eres masoquista o idiota. Puede que un poco de la dos. 

Si ese olor tan suyo aparece de nuevo en tu vida se destructuran todos tus planes: melancolía, dolor, escalofríos, impotencia, inseguridad, rabia, ¿amor? No... amor no. Bueno puede que sí, pero no a él, sino a cómo eras tú cuando él estaba contigo.

Qué contradictorio... A él no lo añoras, pero a la forma en la que te hacía sentir sí.

Qué irónico... el peor causó en ti lo mejor, y el mejor, simplemente no puede porque es el mejor... y los mejores no hacen daño.

En todo, incluso en el "amor", el daño seduce y lo tóxico engancha.

Sin punto final

Lo sé, hace mucho tiempo que no paso por aquí pero hoy…

Hoy tengo una buena excusa, hoy he decidido escribirte de nuevo.

Sí, escribirte... como si no me pasara las 12 horas del día pensando en ti; como si no soñara contigo habitualmente, tanto dormida como despierta; como si no mirara el móvil cada quince minutos para comprobar si hay algún mensaje tuyo -que no es adicción al móvil, es adicción a ti-, como si no me durmiera cada noche imaginando que estás al otro lado de la cama, apartándome el pelo del cuello para darme besos en la espalda; como si cada lunes no deseara que fuese sábado de nuevo para volver a ver tus preciosos ojos verdes… y así,  a base de “como si no” podría escribir un libro. Pero será otro libro.

Digo escribirte porque, irónico, aunque eres tú quien estás constantemente en mis pensamientos, también eres tú quién probablemente no seas consciente de ello.

Escribirte porque, si las palabras se las lleva el viento, los pensamientos ni me imagino.

Escribirte porque no quiero que nos lleve el viento.

Escribirte… ¿pero qué escribirte?

Quiero escribirte que has conseguido en mí lo que nadie más ha logrado, lo que pensé que nadie lograría. Eres capaz de llenar de luz todos y cada uno de mis rinconcitos oscuros con tu gran sonrisa. Capaz de hacer que se desvanezcan montañas y montañas de problemas con tus abrazos. Capaz de hacerme volar con tus besos. Y capaz de hacerme llegar al cielo con tus caricias,  tanto las externas como las que provocas dentro de mí.

Quiero escribirte que eres una de las personas más especiales que he conocido. Que a pesar de lo mal que se ha portado el mundo contigo, sigues sacando fuerzas de donde no las hay para aportar una sonrisa a los demás, ayudar a los desconocidos o apoyar a los que te defraudaron. Eres un gran maestro, un ejemplo a seguir. Eres admirable.

Quiero escribirte que quiero un mundo contigo, envejecer a tu lado y contemplar como tus sueños se hacen realidad.

Quiero escribirte que estoy orgullosa de ti. Por tus enormes esfuerzos, tu trabajo constante, tus logros y tus objetivos. Sé que llegar hasta aquí sin apenas nada no ha sido fácil, pero mírate, lo tienes todo. Tu perseverancia y empeño por conseguir tus propósitos han dado sus frutos y estoy segura de que recogerás una gran recolecta.

Quiero escribirte que lucharé por ti y me implicaré cada día como quizás en un pasado olvidé hacerlo.

Llevas toda tu vida deseando “ser alguien”, queriendo “ser un héroe”. Pero ¿Sabes qué? Dicen por ahí que el mejor héroe no es aquel que triunfa siempre, sino el que a pesar de las derrotas, vuelve sin miedo a enfrentarse a la batalla. Llevas muchísimo tiempo siendo uno, y de los grandes, deja de soñarlo.

Quiero escribirte que eres mi héroe y que sería imposible explicarte lo grande que es mi amor por ti y el torbellino de sentimientos que me haces sentir.

Quiero escribirte que sigues "con mi corazón en tus manos", que yo sigo queriendo "un mundo contigo" y que siempre serás mi "mordisquitos".

Quiero escribirte que, aunque no te escriba, sigues siendo "el regalo más grande" que en un pasado te escribí.



PD: seguiré escribiéndote para demostrarte, con cada palabra, lo importante que es tu existencia para mí. Aunque sé que por mucho que te escriba no lo conseguiré, pues no existen palabras en este mundo - en mi mundo- para describirlo.

Te quiero 
(sí, así tal cual, sin punto final, al igual que nuestra historia) 






Tu mente la creas con tu magia

La vida no para de engañarnos, de sernos infiel, de mentirnos y hacernos daño. No para de jugar con nosotros. ¿Te has fijado en que cuando todo va bien, perfecto y tienes mil motivos para sonreír; viene la vida con un obstáculo nuevo peor que el anterior? Cuando piensas que ya lo has superado... ¡PUM! ahí viene la vida, arrasadora, a demostrarte que nada es de color de rosa. En un segundo destruye todo lo que habías estado construyendo durante años.

Entonces te derrumbas. Y lo bueno se nubla quedando en un segundo plano, ¿pero lo malo?  lo malo lo ves con perfecta claridad.

Siempre nos enseñaron que mentir está mal, que es feo, que nos hace daño... pero con el tiempo uno descubre que, como todo, las mentiras también tienen su parte buena. Uno  aprende que la vida no es tan lista, que nosotros lo somos más.

A la vida se le paga con la misma moneda... a base de mentiras.

A base de estoy bien cuando en realidad los problemas te superan, a base de yo puedo cuando no tienes ni si quiera fuerzas para salir de la cama, a base de lo conseguiré cuando lo único que quieres es abandonar.
Al final, la mente es el poder de todo y todos esos estoy bien, yo puedo y lo conseguiré le harán frente a la vida y podrán contra ella. Ganarás la batalla.


Imagina que eres mago, que puedes hacer desaparecer todo lo malo que se pasee por tu mente. Ahora no lo imagines, ponte a ello. Tu puedes hacer uso de ese poder ¿no crees que vale la pena intentarlo?

Recuerda, un clavo sonriente saca a otro clavo feliz: tu actitud mental positiva atrae a tu vida nuevas cosas positivas.


Por fin, tú

Hacía tiempo... bastante tiempo que no venías por aquí a desahogarte. A liberar, a través de palabras, todo lo que tanto te habías callado. Hacía tiempo que no pasabas por aquí para soltar tus preocupaciones, para describir cómo eres tú de verdad... Sin embargo, estoy segura de que esa huida esconde algo bueno.

Utilizabas las palabras a modo de terapia, una mezcla entre antibióticos y psicólogos ligado a una sensación de alivio y comprensión. Pero como cualquier tratamiento... todo tiene un fin. La salud poco a poco le va haciendo frente a la enfermedad, y, en tu caso, las sonrisas y la felicidad apuñalaron a todos tus problemas. Te diste la oportunidad que te faltaba y te apropiaste de la confianza que nunca habías puesto en ti. Comenzaste a echarle cara a tu matón personal a base de ''yo puedo'' y eso te hizo indestructible.
Decidiste solucionarlo todo mediante hechos y no a través de palabras y descubriste que si la vida por fin te sonríe, es simplemente porque ahora eres tú quien le sonríes a ella. 




Ya tuviste el tiempo que necesitabas para volver a ser tu misma. De hecho, me atrevería a decir que por fin eres tú. Así que ya basta de antropocentrismos, de tú, tú y sólo tú y de todos esos ''bah, mientras yo esté bien que le den al resto del mundo''.
Ya te toco a ti, ¿y ahora? Ahora vuelve a tocarte a ti sí, pero para preocuparte por ellos. Es el momento perfecto para que vuelvas con tu saco lleno de sonrisas, con los mil millones de abrazos esnuncadores que tanto te identifican y con tus infinitas frases optimistas. Es tiempo de escuchar y de dar todos esos consejos que siempre te ha encantado aportar... Y cómo no, de propagar a boca llena todos los ''sean felices'' que hagan falta. (¿Qué mejor momento que ahora que tú también lo eres?)

 Ahora debes ayudarles a comprender que la vida es más que un puñado de termitas en el alma. Que tiene dos caras, y que solo te beneficiará si tú le miras con la buena. Se trata de ver el lado positivo de todo, por muy malo que parezca.

Tú ya lo entendiste, ahora debes hacerles ver que, al fin y al cabo, no todo tiene que ir perfecto para poder ser feliz. 


PD: encuentra la frase oculta uniendo por orden las sílabas subrayadas

Dedicarme única y exclusivamente a mi misma. No tener en cuenta a nadie más. Olvidarme del mundo. Evadirme de todo.  Estar en modo: apagada o fuera de cobertura. No depender de nada. No depender de nadie. No acordarme de lo malo. De lo bueno tampoco. No dar explicaciones. No esforzarme. No sonreír. No contestar. No responder. No recordar a nadie. No preguntar por nadie. No querer a nadie. Nada de nadie. Nada de mi. Nada de nada.
Ser inerte por un día.
No existir, no sentir, no pensar, no vivir.

INTROSPECCIÓN 

Calcetín

Sí, en aquel momento de mi vida iba de un lado hacia otro, asumida por completo entre mis mil millones de pensamientos mortales. Continuaba a paso tímido, inseguro y lento sin encontrar ningún indicio de salida; la tensión y los problemas se iban acumulando en aquel depósito invisible -repleto de sustantivos malignos- pero a mi alrededor seguían sin haber síntomas de ayuda por ninguna parte.
Sí, andaba sola, como de costumbre. La verdad es que no encontraba la forma de controlar la situación, ni de encontrar respuestas o comprensión por parte de alguien que fuese capaz de entenderme. Además, aquella simple sonrisa arcaica que me dibujaba cada día en la cara comenzaba a desaparecer, y la verdad, no tardo mucho en ser sustituida por miedo, terror y pánico hacia todo lo que me rodeaba. 
No entendía nada de lo que me pasaba, no localizaba a alguien que supiese lo que me ocurría y eso podía conmigo. Eso afectaba a mi mente, a mi personalidad, y a mi forma de ser, pues me horrorizaba lo desconocido.
Y justo en el momento en el que el suelo comenzaba a desmoronarse a mis pies, cuando había renunciado a continuar con la pesada armadura para luchar contra las lágrimas y el dolor, cuando el depósito estaba a dos nuevos sustantivos para estallar en mil pedazos; justo en el momento en el que creí que lo mejor era retirarse de la batalla para siempre... el destino me trae a alguien de la nada para demostrarme que no estaba sola en el mundo. 
Ese alguien me muestra que la comprensión andaba a escasos metros de casa, me dice que él también se enfrenta a una lucha constante para evadir el sufrimiento y que lo mejor es andar a paso firme y seguro, porque la timidez y la inseguridad no conducirían sino a un error infinito del que no saldría jamás. Él me enseña a valorarme a mí misma, me indica que después de lo malo llega siempre algo bueno, y que no hay que rendirse nunca, que levantarse y continuar es lo mejor, por muy duro que sea. Así fue como una persona con la que jamás había entablado conversación me cuenta la mayor parte de su vida, aportándome aquella confianza y aquel entendimiento que nadie antes había sabido darme. Él comienza a defenderme, hasta que, sin darme cuenta, terminamos los dos por formar parte de la misma batalla para así luchar contra todo.
Todas aquellas características que nos unieron, comenzaron a fortalecer una enorme amistad. Una amistad basada en la sinceridad, en la defensa mutua y en el hecho de conocer más al otro que a uno mismo -excepto por algún que otro 23 de octubre olvidado-. Una amistad que, pronto, pasó a convertirse en hermandad.
Ya no me sentía sola, vacía, incomprendida o insegura. Pues descubrí que había alguien a mi lado en todo momento que me comprendía y que estaría dispuesto a aportarme la seguridad necesaria en todo momento.

 Pasé de un yo contra el mundo a un nosotros contra el mundo. 

Y eso era lo que más necesitaba en aquel momento. Un nosotros.
Gracias por ser tu y no otro quién forma parte de ese nosotros, por llegar en el momento adecuado y por seguir ahí, a pesar de todo.



Gracias por convertirte en mi calcetín (sí, ese que protege mi vida no solo del  frío, sino también del resto del peligro)
Te quiero

A prueba de motivos

Ella quiere... pero no puede. O quizás sí puede pero ya no tiene ganas de seguir intentándolo.
Ella quiere ser la que un día fue, salir a la calle y pasar horas enteras a la intemperie, contemplando como el sol es cada vez menos brillante, y como su reflejo naranja tarde le abre paso al blanco noche de la luna. Pero ''bah''- piensa siempre-.
No hay nada ahí fuera que la intrigue... ya no hay nada ahí fuera que la atraiga a poner un pie en la acera. No, ni siquiera ellos la atraen. Probablemente sea porque ellos tampoco tienen ganas de seguir intentándolo, quizás es que no la han echado de menos. O bueno, puede que sí la hayan echado de menos... aunque, lamentablemente, no es eso lo que le han demostrado. Demostraciones... Quizás eso es lo que necesita para sustituir las lágrimas por el pueblo. Quizás sea eso lo único que la atraería a sustituir ese mural de golondrinas por aves de verdad.
Quizás, quizás, quizás.
Ella es consciente de que encerrarse en su casa no le ayudará a estar bien -pues la verdad es que así consigue todo lo contrario-. Pero también sabe que estar sola es mucho más fácil que fingir felicidad. Es duro tener que demostrar continuamente una sonrisa cuando en realidad no la hay. Por eso su cama ahora es su refugio y su casa la salva de todas esas preguntas que quiere evitar.
Hace tiempo que encerró en el ropero su armadura de guerrera. No tiene fuerzas para luchar o, lo que es más importante, no tiene esperanzas de ganar esta batalla.
Tantos años de guerra han dejado marca.
Un corazón que había sido destrozado en más de mil pedazos - dónde cada pedazo corresponde a un motivo- se recompone y se convierte en un corazón de hierro.
Un corazón compacto como él solo, reparado a prueba de balas, a prueba de dolor, a prueba de pedazos... a prueba de motivos.
Qué irónico... corazón de hierro, alma de cristal. Corazón resistente que no siente nada, alma vulnerable que siente dolor por todo. ¿Puede haber tanta diversidad en un solo cuerpo, tras una misma piel?
Sus sonrisas son irónicas, su vida es irónica... Ella es irónica.


Una vez más le toca no actuar. Dejarse llevar. 
Flotar


El regalo más grande


Es increíble... eres increíble. Y es que a pesar de todos los obstáculos que nos ha deparado el destino, seguimos aquí, compartiendo la misma anémona, el mismo océano... el mismo corazón.
 A pesar de los maremotos, las tormentas y los cebos con los que esos astutos pescadores del destino han intentado pescarnos, seguimos juntos, escama junto a escama, nadando como aquel primer veintiocho. Y sí, la verdad es que nos ha costado atravesar esa enorme cantidad de corrientes marinas, pero si hemos sido capaz de superarlas hasta ahora, podremos llegar hasta el final. Si hemos llegado hasta aquí, -a más de una milla de distancia-, podremos continuar y demostrarle al mar que no hay ni olas, ni torbellinos, ni nudos de viento que puedan con nosotros.
¿Sabes? Cada aleteo a tu lado ha sido una experiencia mágica que ningún otro salmón, atún o carpa ha podido igualar. Pues tu eres el único lebrancho - y por cierto, mi favorito-  que ha conseguido comprenderme, escucharme, soportarme y saber qué es lo que más necesito. Tu has sido capaz de vencer mis mayores miedos y de hacer que se esfumen las aguas torrenciales de mi pasado. Tu, conviertes tempestades en riachuelos, me aportas cada bocanada de aire que necesito para continuar, y haces que de lo mejor de mi. Tu haces que llore riendo y que ría llorando, y además a la perfección, pues conoces de sobra el número exacto de burbujas que expulso por cada carcajada que emito.
Vuelvo y repito que eres increíble, y que no me arrepiento de bucear cada día que pasa a tu lado. Pues cada vez descubro algo nuevo de ti... Un día dijimos que viviríamos anclados el uno con el otro pase lo que pase, que esa especie de soga que nos une se encuentra atada con uno de los nudos marineros más resistentes del mundo y que seriamos tan persistentes como sal hay en el mar.
 Sí, tu me has enseñado millones y millones de cosas en esta travesía, pero si hay algo que me ha quedado clarísimo, es que todos y cada uno de los granitos de arena que se encuentran en el fondo, equivalen a lo enorme que es tu corazón.
Gracias por ser MI lebrancho, por ser mi pez a seguir, por ser el mejor de los mejores. Gracias por cuidarme siempre -a pesar de que ese siempre sea un poco ahogante en ocasiones-
Gracias por el simple hecho de ser especial y por haberme elegido a mi, para ser la afortunada de dicha virtud. Recuerda que los pequeños detalles son los que verdaderamente importan, y que nunca nunca nunca (aunque parezca que estemos a punto de hundirnos hasta lo mas profundo) debemos darnos por vencidos.
Para mi eres y serás el más valioso de todos los obsequios.... más incluso que el Titanic para Jake y Rose, el tridente para Tritón y que La Perla Negra para Jack Sparrow.
Eres sin duda alguna, el regalo más grande que tengo pezqueñín.
Te amo.


Summer time


Sí, se perfectamente que necesitas urgentemente una dosis de verano. Se que llevas todo el curso sin despegar los codos del escritorio, que no has parado de estudiar en los tres trimestres del año, que no has tenido tiempo para ti y que necesitas un jodido respiro de una vez por todas.
 Pero tranquila, que solo falta un último empujoncito. Hasta ahora, el esfuerzo que tanto has empleado, ha venido cargado de una buenísima recompensa; una vez más le has demostrado al mundo entero que eres capaz de conseguir todo lo que te propongas.
¿Sabes? Solo quedan DOS SEMANAS. Y vale, puede que las consideres como las dos peores semanas de todo el año, pero recuerda que no hay nada imposible, y que si has llegado hasta aquí, podrás con esto y más. Son dos semanas que marcarán las primeras pautas de tu futuro pero que no cunda el pánico, pues se esfumarán en un abrir y cerrar de ojos... tu céntrate y da lo mejor de ti, pues lo bueno, lo perfecto, está por llegar... Descanso, light, relax.
Por fin llegarán los días de calor, los pantalones cortos, los vestiditos monos que tanto tiempo llevan encerrados en el ropero, los tacones, las excursiones a la playa con los amigos, y las desconexiones al campo con la familia. Las horas de estudio serán sustituidas por el agua fría y congelante que hiela tus huesos y eriza tu piel. Y el estrés, por noches y madrugadas en vela hasta las tantas. Por fin saldrás a la calle todo lo que te apetezca. Llega el escándalo, la música, la motivación; asaderos, cumpleaños, fiestas. Llega ese esperado aniversario, lebranchines, globos, farolillos, . Llegan los ''yo no quiero agua, yo quiero bebida'', ese viaje de 7 tan esperado, romerías, verbenas, chupitos, helados. Llega eso de ver pelis hasta las taaantas de la noche, y lo de dormir acompañada más a menudo.
Ya no queda nada, una última bocanada de aire y.....
¡¡VERANO ALLÁ VAMOS!!