Ellos estaban muy unidos. Tanto, que, desde el momento en el que nacieron no se habían separado ni un sólo momento.
Desde que eran niños, ellos dos solían salir a la calle y entretenerse con cualquier tonteria... mirar a los sapos del chorrito, hacer travesuras o simplemente sentarse y disfrutar del olor que provenía del molino.
Y, a medida que iba pasando el tiempo esa unión iba creciendo también. Año tras año, cada uno formó su familia y (sin contar con algunos cuantos jalones de pelos entre las hijas) los respectivos hijos de ellos siempre se llevaron muy bien.
Esos niños, también crecieron juntos, e incluso llegaron a sentir que tenían algo más que una unión de sangre.
Creo que esa generación hizo que ellos dos se unieran más de lo que estaban, porque a partir de ese momento se veían casi todos los días.
Todos los fines de semanas se visitaban y mientras ellos se fumaban un cigarro y se bebían un café, las madres hablaban y se reían, y los niños jugaban y comían perritos calientes.
También viajaron juntos, como a Disneyland Paris, y hicieron excursiones por toda la isla. Solían ir por las noches a caminar por la playa o a cenar fuera. Fueron a Sioux City y cada verano solían quedarse juntos en algún apartamento del sur.
Prácticamente durante más de 30 años no hubo ningún indicio de distancia entre ellos.. y digo hubo porque hasta hace poco uno de ellos decidió terminar con ésta historia. Y no solo con ésta historia, sino con todas las demás. Decidió dejarlo todo, incluido el mundo... incluida la vida.
Desde ése día, el otro hombre que formó parte de esa historia, ése que sigue aquí, no ha vuelto a ser el mismo. Le falta algo, lo sé. Desde el momento en el que se enteró de todo, lo único que pudo hacer fue gritar. Gritar y no creérselo. Dejar de dormir por las noches, y suspirar. No lo asimilaba, y creo que todavía no lo ha asimilado del todo.
Le costó mucho hacerse a la idea de que su inseparable amigo no volvería estar aquí para hablar, para reir o para recordar cualquier cosa del pasado.
Él echa de menos que le pidas café, una respuesta en forma de silbido cuando llama a Salina, o un joder nena que salga de tu boca.
Él sabe que no volverás a estar aquí para recordarte todas aquellas noches que fuimos a cenar juntos, o aquel día en el que te gastó una broma mientras ibas conduciendo.
Él se acuerda de ti cada vez que pasamos por alguna de tus antiguas casas.
Él echa de menos que estés aquí, a su lado. Él añora todos esos momentos.
Pero a pesar de todo no te juzga ni lo hará nunca, porque se va a quedar solamente con los momentos buenos y con todos esos años en los que estuviste aquí. Él solamente se quedará con tu recuerdo, con todos esos buenos recuerdos que le diste. Pero sobretodo, te recordará siempre como ese hombre tan trabajador. Te recordará como su primo, y como una de las personas más especiales de su familia.
No me lo ha dicho, pero lo sé yo. Y solo espero que tú, estés donde estés también lo sepas.
SIEMPRE ♥
Su cuerpo no está, pero él sigue aquí ... Todavía sigo sintiendo sus ''joder nena'' y sus silbidos, o sus ''¿un café?''. Sus risas innumerables y sus años de amistad y a la vez su unión de sangre tan fuerte. En el fondo, ese lazo no se romperá nunca... Igual que el nuestro.
ResponderEliminarTe amo
Lo sé, yo también los sigo sintiendo y mientras eso ocurra él seguirá aquí. Porque realmente es eso lo que nos une a él, lo que a ellos dos les sigue uniendo y lo que nos une a nosotras.
ResponderEliminarTe quiero muchisimo