No sabes por qué, pero cuando peor te trataron, mayor era tu dosis de felicidad en sangre. O eres masoquista o idiota. Puede que un poco de la dos.
Si ese olor tan suyo aparece de nuevo en tu vida se destructuran todos tus planes: melancolía, dolor, escalofríos, impotencia, inseguridad, rabia, ¿amor? No... amor no. Bueno puede que sí, pero no a él, sino a cómo eras tú cuando él estaba contigo.
Qué contradictorio... A él no lo añoras, pero a la forma en la que te hacía sentir sí.
Qué irónico... el peor causó en ti lo mejor, y el mejor, simplemente no puede porque es el mejor... y los mejores no hacen daño.
En todo, incluso en el "amor", el daño seduce y lo tóxico engancha.
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