~ solo queda una vela encendida en medio de la tarta y no se quiere consumir ~
Hoy amanecemos con una sonrisa en los labios, pero con el corazón hecho un puño.
Y encendemos dos velas: Quien tu sabes ya apagó la suya, y la tuya... bueno, la tuya sigue aquí encendida esperando a que regreses para apagarla.
Se que no serás tu precisamente el que le dedique ese soplido, ¿Pero sabes? También se que sigues aquí, a pesar de que al final del día sea yo la que tenga que ahogar la vela.
Se que aunque la luz de esa vela se desvanezca, tu luz nunca lo hará, pues seguirá siempre aquí entre nosotros: aclarando nuestras vidas cuando más oscuras se encuentren, aportándonos fuerza, seguridad y ánimos para seguir hacia adelante.
A los dos les doy las gracias por haber existido, por existir y por seguir existiendo.
(Sí, por seguir existiendo... porque esto, ni acabó un antiguo 29 de abril, ni jamás acabará)
¡Feliz cumpleaños enormes papás!
LES QUEREMOS
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