Otro día más en el que te despiertas y deparas en que sigue ahí... sí, vuelves a descubrir que ese maldito nudo que tienes en la boca del estómago no ha desaparecido aún. Otra mañana más y vuelves a notarlo.
Y justo ahora, antes de que comience el día, ya sabes perfectamente lo que te espera: Sonrisas llenas de falsedad, carcajadas que no vienen a cuento, la mirada perdida y lágrimas oprimidas que, ni tienen ganas de salir, ni dejan que te desahogues o que te sientas mejor.
Qué ganas tienes de que ese puto nudo se afloje por sí solo y desaparezca. O que, al menos puedas tener el valor necesario para cortarlo y eliminarlo con tus propias manos.
Qué ganas de reír a carcajadas todos los días, de levantarte de la cama con un simple motivo para hacerlo, qué ganas de ser feliz, de ser tú misma... de volver al pasado y esquivar aquella maraña de pensamientos que te convirtieron en lo que ahora eres. Qué ganas de ser quien fuiste y no este alguien desconocido que se está haciendo pasar por ti.
Joder ojalá lograras encontrar un objetivo en la vida que tire de ti, que te saque de donde estás metida para siempre... ojalá encuentres algún día, una mísera ilusión en la vida que te haga ver el mundo de forma diferente...
Ojalá, consigas volver a saborear la felicidad.
Ojalá, consigas volver a saborear la felicidad.
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