They don't understand
No lo entienden, no comprenden cómo puedes odiarte tanto.... puede que ni siquiera sepan que te odies a ti misma, y mucho menos que no hay día que no dejes de hacerlo.
Porque realmente nadie te conoce. Mientes tan bien, que no hay personas que sean capaces de saber cómo te encuentras... de profundizar más allá de esa falsa sonrisa que te pintas cada mañana en la cara.
Desconocen todos los mil pensamientos depresivos que tienden a joderte el día. No saben lo que te fastidia, pues callas porque es más cómodo engañarte. No te gusta hablar de nada que tenga que ver contigo y te limitas a que el punto de atención sea siempre para cualquier otra persona menos para tí. Ellos no comprenden que te sientes siempre como el último de la fila ya que haces lo posible para donarle tu puesto a cualquiera que se coloque detrás tuya. Todos son mejores que tu. Merecen mas que tu. Son mejores que tu. Tu solo eres un simple desecho que compone el mundo. Ése que no tiene utilidad maldita, y que lo único que hace es hacerlo todo más difícil. Complicar las cosas, estorbar, deprimir y abultar.
Los que creen conocerte ni se imaginan la de veces que se te han saltado las lágrimas, cabizbaja en medio de clase, sin que nadie te descubra, sin nadie que lo sospeche. O las veces que has huido directa al baño más solitario esquivando cualquier mirada y cualquier pregunta semejante a ¿qué te pasa? Pues tu tampoco lo sabes. Tu tampoco te reconoces.
No saben que aunque aparentemente seas risueña, una persona que desconoce los problemas, que seas feliz y te hayan dicho que eres guapa, en tu interior escondes el reflejo de esos cuatro adjetivos, piensas todo lo contrario. Que las sonrisas que demuestras día a día son sólo de tapadera, y que tampoco te gustas físicamente... Ah, y que estás repleto de defectos y problemas que te van metiendo en un gran hoyo de debilidad.
Ellos no te comprenden. Aunque tú cazas al vuelo cualquier indicio de preocupación o de tristeza y haces todo lo posible para arreglarlo, ellos a ti no te conocen. Porque odias aparentar que no estás bien, odias admitir que necesitas ayuda al igual que te odias a ti misma.
Si quieres que te conozcan, realmente se lo estás poniendo muy difícil. Pero da igual, tu no quieres que se compadezcan por tí, no quieres dar pena y mucho menos ir por ahí haciéndote la víctima.
Lo único que buscas es un poco de comprensión, alguien a quién no tengas que explicarle lo que te sucede, sino contarle lo que te ocurre. Una persona que lo entienda, que sepa por lo que estás pasando. Que te escuche y sepa qué decirte, con quién te sientas cómodo y no un bicho raro... o que no se quede boquiabierto o se derrumbe porque no encuentra palabras con las que animarte.
Pero sobretodo, buscas a alguien con quien por una vez, puedas dejar de ser el aconsejador para ser el aconsejado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario