ImissU

Y pensar que una semana antes de que pasara, estábamos todos sonriendo y haciendo planes para la próxima escapada. Íbamos todos en el coche que tú conducías -un poquito más colorados de lo normal- escuchando la nueva versión de esa canción que tanto te gustaba. El volumen a tope y el coche haciendo curvas bruscas para esquivar a todos aquellos perros que sólo tu veías. 
De fondo, se oían quejas debido a aquel modo tuyo tan extraño de conducir... pero yo sonreía. No podía parar de reír, pues aquellos putos perros no paraban de interponerse en nuestro camino.





No hay comentarios:

Publicar un comentario