Hates
Odio que me digan que estoy siempre en el aire, que vivo más feliz que nadie, que estoy siempre en mi
mundo, o que parezco salida de una película de disney.
Porque antes, en una vida anterior a la que llevo ahora, si era así. Día tras dia...
sin saber lo que eran preocupaciones, sin sufrir, y sin entender por qué la gente lloraba.
Practicamente lo único que había conocido de la vida eran las sonrisas y los mundos llenos de alegrías.
Pero ahora todo es diferente. Es como cruzar la línea que te lleva hacia el lugar completamente
contrario en el que vives, con la diferencia de que a mí me pusieron una venda en los ojos para no
darme cuenta de nada.
Yo he llegado a pensar que los demás van por encima de mí en todo, que soy la última o que no me
merezco nada. He llegado a plantearme el hecho de dejar de lado a mis amigos para no hacerles daño,
porque solo se dar preocupaciones y estorbos. He llegado a no querer salir de mi casa nunca,
al igual que he dejado que mi verdadera yo, no sea libre.
Pero todo eso, lo llevo dentro de mí, no fuera. Pues me gusta engañarme con sonrisas e inocencias,
con el fin de creérmelo. Con el fin de que esa sonrisa se transmita poco a poco hacia el alma,
hacia el corazón, y así convertirme en la persona que era antes.
Pues antes caminaba sobre un prado, bajo un sol radiante: pisando la hierba, oliendo las flores y dejando
que mi corazón fuera el que me guiara. Hasta que un día, sin saber cómo ni por qué, me vi al final de un precipicio.
Muchas veces he estado a sólo un impulso para subir, y volver al verde prado de antes, pero un nuevo problema hacía que me resbalara, y volviera al mísero abismo. Allí, a veces me sentaba esperando una respuesta, una mano que me ayudase o un amigo que me levantara... hasta que me dí cuenta que tenía que seguir sóla.
Ése precipicio ha dejado muchisimas huellas y marcas en mi vida, y pienso que son las culpables de que en un futuro, no vuelva a ser la misma. Aunque sé que realmente nadie se dará cuenta, ni a nadie le importaría.
Porque vivo en un mundo en el que los ''verdaderos problemas'' son el hecho de que te deje tu novio,
o el hecho de que tengas que pasarte toda la tarde sin salir porque tienes que estudiar, ya nadie valora a las personas que tienen problemas y preocupaciones de verdad.
Aunque no importa, porque la vida es larga: algún dia conseguiré volver al prado verde en el que
vivía antes. Conseguiré ser feliz, y aprenderé a continuar sin nada y nadie que me lo impida.
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