Porque nada es efímero...

Sí, eso lo sé... al igual que sé que ese nada también incluye al amor.
Pero me da igual porque hay momentos en la vida en los que hay que arriesgarse, saber aprovechar las oportunidades, atreverse, llenarse de valentía, intentarlo... pero sobretodo,  no pensar en lo que podrá pasar. No ser negativa, ni obsesionarme con la idea de que algún día todo esto llegará a su fin.
Ahora lo que realmente importa de verdad es vivir el presente.
Y prometo que haré todo lo posible para disfrutar de todo esto. Que no me hundiré, ni estaré constantemente preocupándome sobre la forma en la que me quieres. Que intentaré desviar por completo el futuro de mi mente.
Prometo dejar los poblemas a un lado, darte lo mejor de mí, continuar demostrándote que quizás esto si valga la pena. Ser detallista, confiar en ti, conocerte mejor, quererte de la mejor forma que sé, y seguir adelante con todo esto porque me encanta, me llena...
Prometo jugármela contigo como no lo había hecho con nadie, ¿y si esto llega a su fin? Bueno, pues me quedaré con todo lo bueno, con todo lo que me diste, con la forma en la que te entregaste, y con la huella que dejaste marcada en mí. Además, lo superaré, pues bastantes veces he conseguido levantarme como para no poder volver a hacerlo una vez más.
Ahora, simplemente me limitaré a pensar que esta relación, y que tu llegada a mi vida, realmente me benefician... que vale la pena, que estoy a gusto, que me siento bien... y que te quiero.


¿Quién sabe? Puede que en el fondo sí que haya algo efímero y tan sólo tenga que pararme a encontrarlo.


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