Options

Hay momentos en los que se nos presentan problemas... y entonces, podríamos decidir entre dos opciones. ¿La primera? La más fácil y sencilla: correr hacia el lugar contrario. Correr, correr y correr, pues nos impulsa el miedo y nos dirigimos en dirección contraria para intentar evadirlo... lavarnos las manos y actuar como si nada pasara, como si no tuviésemos nada que ver.
Pero... ¿Qué hay de la segunda opción? Pues verás, esta es más complicada. Requiere un mayor esfuerzo, un trabajo por nuestra parte, más paciencia... Y es que, en este caso estaríamos dispuestos a echarle cara al problema. Nos enfrentaremos a él, y lo solucionaremos. Es ahí cuando te pones tu armadura y sales afuera dispuesto a darlo todo en esa batalla. Es en ese momento cuando respiras una graaaan bocanada de esperanza y fuerzas necesarias y suficientes para dar un firme paso al frente. ¿ Y cómo no? Para enfrentarte con la cabeza bien alta a todo aquello que se interponga por tu camino.


La mejor opción es la segunda. Siempre. Porque la única forma de superar el problema, será dejando atrás el miedo y enfrentarte con él cara a cara. Sin flaquear, sin dudar ni un solo instante... pues recuerda que aunque seas rapidísimo y audaz, aunque te veas capaz de ser muchísimo más veloz, llegará un momento en el que el problema podrá correr mas que tú y consiga alcanzarte. Y ese hecho complicaría todavía más las cosas, pues te cogería desprevenido y además cansado como para seguir huyendo de todo.


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