¿Y se puede saber de qué te sirve estar ahí quieto, parado, viendo como el mundo sigue a tus espaldas?
Vale, te responderé yo. Para nada. Pues sí, así de simple. Puede que hayan momentos en los que necesites descansar durante algún tiempo y ponerte a pensar un poco...
Pero sigue caminando, aunque sea a paso de tortuga, tu no te detengas del todo. Porque el reloj, la vida y las personas que te rodean no se pausarán contigo sino que andarán sin ti. Y el día que quieras incorporarte de nuevo, será demasiado tarde. Entonces, habrás perdido sonrisas, oportunidades, amigos. Habrás desperdiciado un pequeño pero valiosísimo tiempo de tu vida y te perseguirá el arrepentimiento.
Entonces lo habrás echado todo a perder por el simple hecho de juntar los pies y no tener ganas de dar un pequeño esfuerzo.
Así que camina y sigue delante, no te rindas nunca y lucha por lo que realmente vale la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario