Que ahora lo único que quieres hacer es retroceder en el tiempo, volver atrás. Ahora sólo quieres saber qué habría pasado si hubieses dado un sí por respuesta. Sino hubieras dudado tanto de todo lo que te rodeaba, y sino hubieras negado tantas oportunidades. Tanto para él, como para ti.
Que ahora, a buena hora te arrepientes de todo lo que hiciste... o más bien, de todo lo que no hiciste. Porque te acabas de dar cuenta de que no perdías nada si lo hubieses hecho, si lo hubieses intentado. Que ese hecho hubiese sido más fácil que estar soportando la duda continua que te ronda ahora en la cabeza.
Ahora, cuando no puedes, es cuando lo echas de menos, cuando quieres que vuelva y cuando lo entiendes más que nunca.
Y ahora yo te digo que no puedes hacer nada. Que la única opción que deberías hacer es la de vivir tranquila y no echarte todas las culpas. De flotar en el aire y evadir toda esa culpabilidad que te viene a la mente. Y cómo no, de olvidarlo. Tanto a él, como a todos los momentos que pasaste a su lado. Pero sobretodo, no pensar que va a volver...
Y entonces, probablemente me preguntes... ¿ y si vuelve ?
Pues si vuelve, con él volverá ese sentimiento que tú misma un día hiciste desaparecer. Porque si ese sentimiento aparece, si lo sientes, es que él vale la pena. Si por el contrario no lo sientes, mira a tu al rededor y búscate a otro, que seguro que entre el montón habrá alguien que te esté esperando.
Pero ten en cuenta algo... para la próxima vez, no pierdas tanto el tiempo en pensar en los ''y si...'' ni en llenarte de dudas. Sólo arriésgate y no dejes pasar oportunidades de las que en un futuro puedas arrepentirte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario