En un mundo inmerso...

Siempre he tenido algo que me diferencia de los demás... y es que cuando tu optas por ir hacia el camino de la derecha, yo me desvío hacia la izquierda. Cuando tu dices blanco, yo digo negro. Cuando a ti te guste algo, yo lo odiaré. Cuando tengas aborrecido un tipo de comida, ése será mi plato favorito. Cuando tu estés entrando en una moda, ya yo estaré saliendo de ella...Y el día que estés triste, yo tendré el doble de ganas de sonreir que el habitual.
Sí, realmente nunca me ha gustado ir por ahí copiandome de las personas que me rodean, no me gusta tener la misma personalidad que otros, ni decir o llevar lo mismo que ellos pues siempre me ha gustado ser un poquito más original y crear mi estilo propio. Realmente, siempre he ido por un camino a parte... siempre he vivido en mi propio mundo.
¿Me considero rara? Pues... tal vez si que lo sea un poco. Pero me da igual, porque me gusta imaginarme cualquier cosa que no tenga puto sentido en esta vida, me gusta encontrarle el lado gracioso a cualquier seriedad, buscar sonrisas en lugares recónditos y mirar la parte positiva de cualquier problema.
Me gusta pintar con muchos colores alegres, ir por el mismo camino de siempre, fijarme en nuevos detalles y buscar algo que no haya visto el día anterior, algo nuevo, especial... Me gusta escribir, preguntar preguntas que nadie se plantea, tatarear sin darme cuenta y molestar a los demás mientras tatareo, ponerme en la piel de cualquier otra persona y aprender.
Me gusta inventar cosas nuevas, quedarme en blanco y sentir que me falta el aire cuando no puedo parar de reir, llevar una sonrisa tonta sin motivo en la cara. Me gusta observar el comportamiento de las personas e intentar descubrir cómo son sin apenas conocerlas.  Me gusta ser detallista y abrazar, besar y ser cariñosa en momentos inesperados.
 Me gusta enfrentarme al mundo yo sola, no pedir ayuda nunca, engañar a los demás insistiendo y haciendo creer que estoy bien y sacarle envidia a cualquier bicho viviente a través de sonrisas y una felicidad que en realidad no tengo en mi interior.
Me encanta hacerme creer que soy fuerte y que puedo con todo, aunque realmente esté en el fondo del precipicio. Reir cuando lloro. Y  llorar cuando río. Reirme incluso de lo que me hace daño.


Pero si hay algo que me gusta de mi... es que vivo en mi propio mundo. Que sin la necesidad de tan siquiera un sólo céntimo, puedo transportarme, irme a otro lugar. Puedo hacerte creer que estoy aquí físicamente... cuando estaré realmente en un lugar mejor. Yo puedo esfumarme de aquí y marcharme a un lugar creado y diseñado solamente por mí. Y tú, en ese mismo instante puedes estar pensando que estoy en la luna de Valencia, en la inopia o en Babia. Tú, en ese momento puedes creer que estoy loca, tu puedes estar hablando conmigo, intentando llamar mi atención, riéndote de mí, o haciéndome señas... que yo no me voy a enterar absolutamente de nada.
Yo estaré en otro lugar mucho mejor que este, un lugar en el que solo vivo yo... recargando fuerzas, pasándolo bien o haciendo lo que me de la gana. Y en el momento que termine... volveré a la realidad y a adaptarme a todo lo que antes me rodeaba.
Sí, tengo esa capacidad, esa virtud y para mí es un punto más que me hace especial.
Y vale, puede que no sea el hecho más normal del mundo, pero ¿un secreto? yo tampoco lo soy.

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