Nadie dijo que iba a ser fácil, que serías capaz de ser feliz en ella o que podrías aguantar hasta el final sin problema alguno.
Nadie fue capaz de darnos el manual de instrucciones para poder sobrevivir, o para saber en qué lugar pisar con seguridad.
Nadie nos dijo dónde tendríamos que esquivar los obstáculos para no caer, ni nos dió a alguien que cubriera nuestras espaldas cuando nadie más lo hubiese hecho.
Nadie nos avisó de sus inconvenientes, ni nos explicó cómo debíamos reaccionar ante una u otra situación.
Realmente, nadie nos ha precavido sobre ella pero, si luchamos hasta el final, y seguimos dando pasos sin rendirnos, conseguiremos conocer y esquivar sus puñaladas.
Entonces, seremos astutos y listos y podríamos saber dónde refugiarnos en caso de peligro o donde dormir tranquilos, sin preocupaciones.
Conseguiremos descubrir en qué caminos podríamos yegar a caminar con seguridad y en cuáles no.
Seremos capaces de evitar lágrimas, obstáculos y problemas.
Pero sobretodo, podremos levantarnos después de un pequeño tropezón, pensar que nada es imposible y tener esperanzas.
Es ahí cuando estaremos listos para continuar en ella, y arrastrar con nosotros a aquellos que no tienen la misma esperiencia.
Es ahí cuando no nos daremos por vencidos tan fácilmente, y cuando por fin seremos capaces de llevar nuestra propia vida, sin ayuda de nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario